Las relaciones con las que te mueves diariamente ¿son las que quieres o las que te han tocado?

 

Experimentamos en diferentes contextos, ya desde pequeños quizás por nuestra educación familiar o culturas heredadas, a las personas no nos suelen enseñar a priorizar nuestro bien cuando estamos en ambientes colectivos.

 

Y es precisamente aquí donde debemos significar que defender espacios de mayor bienestar en nuestra persona no se traduce en el perjuicio de los demás.

 

 

 

Hemos crecido en continuas comparativas (con hermanos, amigos, compañeros...) y seguramente esta base no nos ayude a avanzar, otro prisma es enfocarlo con una visión humilde hacia nosotros, hacia nuestro propio crecimiento.

 

Desde la mejor experiencia, vivir cada día conscientemente, la visión no es superar a “nadie” para hacerle entender, quedar por encima, imponerle tus ideas o mejorarle, sino la de aprender a relacionarnos de otras maneras, superando esos límites que nos frenan, que hacen que reaccionemos de una manera distinta a lo que somos en realidad cuando sintamos que discrepamos con nuestras relaciones.

 

La vida nos pone a prueba siempre, ya a medida que avanzamos en edad nuestros círculos de personas van y vienen, cambian, y tenemos que irnos adaptando a nuestras propias necesidades sin que esto signifique distanciarnos de nadie.

 

 

 

Las relaciones costumbristas o tradicionales que no aportan nada nuevo, y que muchas veces mantenemos por pura rutina o melancolía son como caminar en el alambre sabiendo que te puedes caer pero que lleva tanto tiempo ahí que puedes caminar hasta con los ojos cerrados… nos acomodamos de tal manera que vivimos de recuerdos del pasado, sin nada en el horizonte que haga que esos ojos cerrados se abran de repente con un brillo nuevo, distinto, que se transforme en brújula para caminar con fuerza a través de su guía.

 

La tendencia debe ir encaminada a nutrirnos de las relaciones, de todo lo que podamos aprender y enseñar con ellas, transformarlas en productivas y saludables, que nos ayuden activamente a ser evolutivos y no movernos simplemente por inercia basándonos en lo que ya hemos vivido.

 

Algunas herramientas para tener mejor equilibrio, cuidarnos más y que nos pueden ayudar a mejorar en nuestras relaciones son:

 

- actitud de apertura hacia los demás, todas las personas pueden aportarte cada día cosas, igual que tú a ellas, estar abierto a la vida es un regalo que puedes abrir y compartir con infinidad de personas.

 

- mirada de armonía, cree en las bondades de los que te rodean. La mente la mayor parte de las ocasiones nos limita en lugar de ayudarnos a crecer, por esto hemos de tirar por tierra el “piensa mal y acertarás” por algo así como el “siente bien y crecerás”.

 

 

- empatiza todo lo que puedas y más, las personas no dicen o actuán en base a tí, sino a ellas mismas, es tu interpretación la que enjuicia su actitud. Seguramente su contexto, sus orígenes, cultura, educación, vivencias, etc sean distintas a las tuyas, y es por esto que sus actos también, no te tomes nada a título personal e intenta aprender de estos "mensajes de crecimiento" que son distintos a tí y que te hace reaccionar de una manera determinada. 

 

- transformar intereses particulares por intereses comunes, la mayor parte de veces consiste en comunicación honesta y transparente, expresada con asertividad para que los integrantes de ese circulo de relaciones se sientan participes y beneficiados de los acuerdos.

 

- confía en la vida y comprométete con ella, las cartas están marcadas, pon de tu parte para disfrutar de todo lo que puedas hacer para ti y para los demás, el destino de una u otra manera lo agradecerá.

 

 

Un símbolo muy representativo de quienes somos son las personas con las que nos rodeamos, tomate unos segundos y pregúntate, ¿qué es lo que quiero con mis relaciones?

 

https://www.youtube.com/watch?v=hvaqFn5dvhU ("Cuando me siento bien" Efecto Pasillo, 2015)