¿Objetivos más allá de la razón?
Posiblemente gracias a nuestra evolución humana, nuestra mente piensa en el ÉXITO o FRACASO dependiendo de lograr o no un objetivo predeterminado y que casualmente nunca contempla los imprevistos que limitan alcanzarlo...
Perseguir ese objetivo nos lleva a seguir llenando nuestra mochila marca Ego cada vez con más “éxitos y fracasos”.
Nuestro apego a pensar que SOMOS exitosos o fracasados en función al logro del objetivo es la trampa donde la mayoría de las veces caemos.
Patrones mentales culturales, sociales, empresariales…están sólida e históricamente anclados y nosotros solitos nos metemos en una tela de araña donde no pensamos ni analizamos si quiera los objetivos, como mucho ejecutamos unas labores para alcanzarlos, estando sometidos a unas emociones condicionadas por lo que tenemos que alcanzar.
Por todo ello:
DESIDENTIFIQUÉMONOS con el objetivo, tengamos una consciencia nueva de equilibrio y serenidad, mucho más óptima para desenvolvernos y adaptarnos en todas las circunstancias.
Después, DEFINAMOS si nuestro objetivo es:
-de Propósito, dónde la presión la pones tú ya que te sientes identificado con algo que te gusta, intentas hacerlo lo mejor posible y sabes que vas a lograr tu objetivo antes o después sin importar el tiempo, incluso a medio o largo plazo puede convertirse en filosofía de vida.
- de Resultado, donde la presión la fija el corta plazo y un tiempo ya prefijado, no entras a valorar si está alineado contigo, haciendo siempre una labor con suficiencia para llegar a cumplirlo.
En resumen, ¿vas más allá de la razón en tus objetivos? , ¿te identificas tanto con ellos que pierdes hasta tu identidad? , ¿llegas a plantearte cómo es tu objetivo para saber de qué manera actuar?
Piensa por unos segundos en el que es ahora mismo tu principal objetivo, por encima de cualquier otro…
¿Es de propósito o de resultado?
A partir de aquí puedes caminar hacia él…